viernes, 28 de noviembre de 2014

Visiones y argumentos. Debates en y por La Isla Desconocida, advierte el subtítulo

He publicado en mi blog otras reseñas, comentarios y palabras de presentación de mi libro Ser, parecer, tener (Casa Editora Abril, 2014), cuyo primer lanzamiento público se efectuó en julio pasado. El escritor y amigo Toledo Sande acaba de publicar su visión del libro, y quiero compartirla también en este espacio. 

Luis Toledo Sande
Bohemia
No se ha repetido lo bastante: el vocablo desideologización enmascara maniobras destinadas a suplantar la ideología revolucionaria por la del capitalismo. Enrique Ubieta Gómez (La Habana, 1958) ha bogado contra ellas en revistas -fundó y dirige Contracorriente y La Calle del Medio- y en varios libros. Ser, parecer, tener (2014) lo dedica “a los cubanos que hicieron la Revolución, a los que la refundan hoy, a los que mañana pelearán por ella…”.
Esa Revolución no se agota en el país donde se ha hecho, Cuba, ni en él termina la utilidad del libro. Otros lares y afanes le dan pábulo para la lucha ideológica por un mundo mejor: el actual, lleno de calamidades y crímenes, puede empeorar aún más, dadas sus patologías sociales, económicas, antihumanas. Desborda la casualidad el hecho de que las ilustraciones del volumen sean obra de un profesional en quien se unen el artista plástico y el siquiatra: Arístides Esteban Hernández Guerrero, Ares.
Para seguir siendo fuente de esperanza y ejemplo, la Revolución Cubana debe perdurar como tramo de transformaciones justicieras raigales, visto en sí mismo y en su carácter de plataforma para seguir, sin desviaciones, la marcha necesaria. Los desafíos serán tanto más duros cuanto más complejos resulten los replanteos que se consideren insoslayables. Ubieta Gómez sabe que -ni siquiera cuando se disfruta la vitalidad transformadora protagonizada por países vanguardia en nuestra América- la brega revolucionaria no puede soslayar las relaciones capitalistas que infectan el mundo.
El autor se mueve con soltura y tino en la polémica, y se une a quienes procuran que la alfombra roja de las pasarelas capitalistas no cubra el suelo de la Revolución, ni mengüe el significado libertario de aquel color. Recordemos el alerta de Ambrosio Fornet a inicios de los años 90 del siglo pasado, ante cambios que Cuba se vio forzada a experimentar para revertir efectos de la debacle del socialismo europeo. Si resultaba inevitable acudir a elementos del capitalismo, o asociados a ese sistema, también lo sería impedir que ellos alcanzasen el punto en que el país dejara de ser socialista. Como Fornet, en esa trama medita y propone Ubieta.
Que en la más alta dirección del país -y en la mayoría de la población- prime la convocatoria a preservar los ideales socialistas, no basta para ignorar riesgos que los cambios tengan o pudieran acarrear en la realidad objetiva y en su efecto ideológico. No hay sociedad monolítica, movida por intenciones idénticas, y el reto mayor estriba en la cultura, entendida como expresión concentrada y sembradora de un pensamiento propio del socialismo que se ha intentado construir, y que peligra si se coquetea con la cultura capitalista. Esta -lo recuerda Ser, parecer, tener- abona esencialmente el egoísmo y una banalización que se enmascara como inocencia y presunta espontaneidad gozosa.
El propósito de Ubieta -lidiar contra tendencias tales- se aprecia en cada una de sus páginas: artículos, entrevistas hechas al autor, polémicas en que él ha participado. Tal vez el libro habría ganado con una selección más severa, pues no todos los textos conservarán el peso que tuvieron originalmente en las batallas dadas por el autor en medios digitales entre 2001 y 2013, especialmente en su blog La Isla Desconocida.
Pero en el conjunto nada hay que merezca considerarse relleno inútil. El posible exceso cuantitativo -apoyado por la solvente y eficaz acogida que le dispensó la Casa Editora Abril- es inseparable de la vocación de utilidad ya mencionada. Ubieta no escatima proyectiles contra deformaciones que pudieran minarnos, o que ya nos visitan como si fueran cosa elegante y natural.
Las distorsiones prosperan en la realidad planetaria dominante, con una potencia imperialista que no respeta ley ni moral, y pueden empaquetarse como virus troyanos, promovidos por iniciativas individuales. Tampoco menospreciemos el apoyo que reciben de instituciones que descuidan su misión cultural. Ningún libro ofrece todas las verdades, todas las respuestas, ni siquiera todas las preguntas necesarias; pero frente a los peligros mencionados se afianza el valor de este que tan sugerentes inquietudes y reflexiones suscita. Lo mejor es leerlo, y cuando apenas se dedican unas cuantas líneas a saludarlo, sería insensato detenerse en minucias.

OTRAS OPINIONES:
Alpidio Alonso-Grau: Notas para presentar un libro necesario
Omar Valiño: Palabras en voz alta sobre un libro de Ubieta
Pedro Pablo Rodríguez: Un libro que nos habla de un país
Elier Ramírez Cañedo: Un libro imprescindible en la hora actual de Cuba
Raúl Antonio Capote: Elogio a la lúcida demencia

jueves, 27 de noviembre de 2014

Crónica de una parodia anunciada

René González Schweret
Blog Soy un espía, dicen
Hoy 27 de noviembre se cumplen 14 años del comienzo del juicio. Como se informó previamente, se irá haciendo la crónica de lo que sucedió en aquellos meses. Simultáneamente se irán situando en el blog las transcripciones oficiales de la corte.
Todo comenzó el 12 de septiembre de 1998, cuando en la madrugada de aquel sábado fuimos detenidos por el FBI diez personas. Tras el asalto que constituye un arresto USA y los interrogatorios en el cuartel del cuerpo en Miami, fuimos llevaros al FDC  (Centro Federal de Detención) de Miami y puestos en confinamiento solitario en el piso 13, que a la sazón estaba vacío.
El circo dio inicio el próximo lunes, cuando sin habernos podido siquiera asear o pasarnos un peine por el cabello nos bajaron directamente de las celdas a la corte con los ya conocidos overoles anaranjados que se usan en muchas prisiones norteamericanas. La voz se había corrido en la ciudad y el espectáculo ofrecía una multitud entre curiosa y delirante. Era la primera vez que “espías castristas” eran exhibidos como trofeo ante el público miamense. La tónica de revancha y desquite que aquella escena representaba determinaría el espíritu de la actuación de la fiscalía y el funcionamiento de las ruedas de la justicia federal desde entonces hasta nuestros días.
Desde los primeros días se evidenció que de los diez detenidos sólo cinco habíamos decidido enfrentar la presión y el chantaje de los fiscales. El resto se decantó aceptando cooperar con la fiscalía a cambio de sentencias drásticamente benignas. Así comenzó para nosotros el tortuoso camino de enfrentar un aparato legal que de antemano estaba afinado para que se nos encontrara culpables.  Poco a poco se fue acumulando la copiosa documentación que en estos casos enmascara la esencia del funcionamiento del sistema.
Aunque el acta de acusación constaba de 26 cargos, en concreto los Cinco enfrentábamos tres cargos sustantivos: Tres cargos de conspiración para cometer espionaje pesaban sobre Manuel Viramontes, Luis Medina y Antonio Guerrero. Sobre los Cinco –incluyendo ahora a Rubén Campa y a René González-  pesaba un cargo per cápita de actuar como agente extranjero no registrado ante el procurador general. También sobre los Cinco otro cargo algo raro por cabeza: Conspirar para lo mismo de lo que habíamos sido acusados en el segundo cargo. En otras palabras, ya por un mismo delito teníamos dos cargos:  Un cargo por cometer el delito y otro cargo  por conspirar para cometerlo.
El día 29 de septiembre, al regresar de una audiencia de fianza, el elevador se detuvo en el piso 12 del FDC. Se oficializaba así nuestra permanencia definitiva en celdas de castigo, o lo que se conoce como Special Housing Unit (SHU) o el Hueco. A partir de ahí el trato a los Cinco tuvo un carácter especial que se prolongaría por 17 meses.

Estado, monopolio de la violencia y legitimidad

Ángel Guerra Cabrera
Max Weber afirmó que el Estado ejerce el monopolio de la violencia por definición. Pero añadía que esa facultad debe cumplirse a través de un proceso “de legitimación”, que en el caso de las monarquías absolutas es aceptada por los subordinados como derecho divino; pero también puede provenir de un liderazgo carismático(los subordinados aceptan el poder basándose en la santidad, heroísmo o ejemplaridad de quien lo ejerce)  o de una legitimidad racional(los subordinados aceptan el poder de acuerdo con motivaciones objetivas e impersonales) que deviene en sinónimo de legalidad.  De una manera sencilla y más de un siglo antes, el lúcido Rousseau establece que la legitimidad  la otorga la “voluntad general” de los sometidos al poder. Versión que se aviene con el concepto moderno de democracia como gobierno “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, feliz definición de Abraham Lincoln.
Lo que ocurre con estas definiciones es que flotan en el aire si no se considera al Estado como portador del interés de las clases sociales dominantes.
En América Latina tenemos gobiernos de orientación popular y política exterior independiente de Washington, que en distintos grados representan y defienden los intereses de las clases populares. Entre ellos Cuba y los demás estados integrantes del Alba han avanzado considerablemente en instituir la participación popular en la toma de decisiones sobre políticas públicas. Pero también los gobiernos de Argentina, Uruguay y Brasil escuchan al pueblo y tratan de abrirle canales de participación en las decisiones.
Mientras tanto, México, Colombia, Perú y Chile, miembros de la Alianza del Pacífico, se reconocen como aliados de Estados Unidos y su política exterior e interior responde, aunque no siempre totalmente, a los dictados de Washington.
En Chile, aunque se mantienen en lo esencial las políticas neoliberales en la esfera económica y no se reconocen sus derechos al pueblo mapuche, la presidenta Bachelet trata de acercarse más al proceso de unidad latino-caribeño y de dar repuesta al formidable movimiento estudiantil y popular a favor de la educación pública y gratuita y en contra de la hiriente desigualdad social.
El gobierno de derecha de Santos en Colombia debe su elección al apoyo de la izquierda y del movimiento popular en virtud de su compromiso con el proceso de paz en contra de la voluntad del feroz sector oligárquico encabezado por Álvaro Uribe y apoyado por la extrema derecha yanqui.  Si el proceso de paz llegara a buen puerto implicará un empoderamiento de los sectores más conscientes, que seguramente presionarán para debilitar o abrogar el tratado de libre comercio con Estados Unidos, impulsar la soberanía alimentaria, la vigencia de los derechos políticos y sociales y reclamar participación en la decisión del destino del país.
En México se observa una profundización de las políticas neoliberales que privatizaron el enorme patrimonio público y crearon una rapaz plutocracia cuya única divisa es la ganancia, empobrecieron a más de la mitad de la población, anularon importantes derechos garantizados por la Constitución de 1917 y generalizan un clima de extrema violencia, corrupción e impunidad que ha llevado a una insondable crisis de legitimidad de todas las instituciones del Estado, la mayor desde los albores de la Revolución de 1910.
Aquellas lacras no son nuevas pero el neoliberalismo las ha catalizado exponencialmente al expulsar a la población del campo hacia Estados Unidos o las ciudades, privar de la oportunidad de estudiar y trabajar a generaciones enteras de jóvenes,  y desencadenar una guerra, supuestamente contra el narco, pero cuya víctima principal es el pueblo. Mientras tanto, la droga continúa fluyendo eficientemente hacia el mercado estadunidense y de allá siguen llegando puntualmente las armas con que se mata a decenas de miles de mexicanos, inocentes en su mayoría. El ecocidio avanza a la par que la minería y las nuevas concesiones a las transnacionales.
La tragedia de Iguala, con todo y lo indignante y doloroso que resultan sus seis muertos y 43 desaparecidos ha venido a confrontar a la sociedad con la realidad de que los mencionados procesos llegaron a su punto crítico. La digna, valiente y unida actitud de los padres de los 43 ha actuado como desencadenante de una acumulación de sentimientos y aspiraciones de amplísimos sectores del pueblo, que estaban madurando, pugnando por salir a flote, y de repente han encarnado en la conciencia social.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Putin: un discurso histórico

Atilio A. Boron
Hay discursos que sintetizan una época. El que pronunciara Winston Churchill en el Westminster College, en Missouri, en Marzo de 1946 es uno de ellos. Allí popularizó la expresión “cortina de hierro” para caracterizar a la política de la Unión Soviética en Europa y, según algunos historiadores,marcó con esa frase el inicio de la Guerra Fría. Antes, en Abril de 1917, un breve discurso de Lenin al llegar de su exilio suizo a la Estación Finlandia de San Petersburgo anunciaba, ante la sorpresa de su entusiasta audiencia animada por los acordes de La Marsellesa, que la humanidad estaba pariendo una nueva etapa histórica, pronóstico que habría de confirmarse en Octubre con el triunfo de la Revolución Rusa. En Nuestra América, un papel semejante cumplió “La historia me absolverá”, el célebre alegato con el que, en 1953, el joven Fidel Castro Ruz se defendió de las acusaciones del dictador cubano Fulgencio Batista por el asalto al Cuartel Moncada.
En esta línea habría que agregar el discurso pronunciado por Vladimir Putin el 24 de Octubre de este año en el marco del XIº Encuentro Internacional de Valdai, una asociación de políticos, intelectuales y gobernantes que anualmente se reúnen para discutir sobre la problemática rusa y, en esta ocasión, la preocupante situación mundial.  
Las tres horas insumidas por el discurso de Putin y su amplio intercambio de opiniones con algunas personalidades de la política europea -entre ellos el ex primer ministro de Francia, Dominique de Villepin y el ex canciller de Austria Wolfgang Schuessel- o con académicos de primer nivel, como el gran biógrafo de Keynes, Robert Skidelsky, fue convenientemente ignorado por la prensa dominante. El líder ruso habló claro, sin medias tintas y abandonando de partida el lenguaje diplomático. Es más, al inicio de su discurso recordó la frase de uno de ellos que decía que “los diplomáticos tienen lenguas para no decir la verdad” y que él estaba allí para expresar sus opiniones de manera franca y dura para, como ocurriera después, confrontarlas con las de sus incisivos interlocutores a quienes también les hizo unas cuantas preguntas. Discurso ignorado, decíamos, porque en él se traza un diagnóstico realista y privado de cualquier eufemismo para denunciar el aparentemente incontenible deterioro del orden mundial y los diferentes grados de responsabilidad que les cabe a los principales actores del sistema. Como de eso no se debe hablar, y como el mundo tiene un líder confiable y eficaz en los Estados Unidos, piezas oratorias como las de Putin merecen ser silenciadas sin más trámites. Un breve comentario en el New York Times al día siguiente, con énfasis en algunos pasajes escogidos con escandalosa subjetividad; algunas notas más con las mismas características en el Washington Post y eso fue todo. El eco de ese discurso en América Latina, donde la prensa en todas sus variantes está fuertemente controlada por intereses norteamericanos,  fue inaudible. Por contraposición, cualquier discurso de un ocupante de la Casa Blanca que asegure que su país es una nación “excepcional” o “indispensable”, o que difame a líderes o gobiernos que no caen de rodillas ante el mandato estadounidense corre mucha mejor suerte y encuentra amplísima difusión en los medios del “mundo libre”.
¿Qué dijo Putin en su intervención? Imposible reseñar en pocas páginas su discurso y las respuestas a los cuestionamientos hechos por los participantes. Pero, con el ánimo de estimular una lectura de ese documento, resumiríamos algunas de sus tesis como sigue a continuación.
Primero, ratificó sin pelos en la lengua que el sistema internacional atraviesa una profunda crisis y que contrariamente a relatos autocomplacientes -que en Occidente minimizan los desafíos del momento- la seguridad colectiva está en muy serio peligro y que el mundo se encamina hacia un caos global. Opositores políticos quemados vivos en el sótano del Partido de las Regiones por las hordas neonazis que se apoderaron del gobierno en Ucrania, el derribo del vuelo MH17 de Malasya Airlines por parte de la aviación ucraniana y el Estado Islámico decapitando prisioneros y blandiendo sus cabezas por la Internet son algunos de los síntomas más aberrantes de lo que según un internacionalista norteamericano, Richard N. Haass, es la descomposición del sistema internacional que otros, situados en una postura teórica y política alternativa, como Samir Amin, Immanuel Wallerstein, Chalmers Johnson y Pepe Escobar, prefieren denominar “imperio del caos.”  Esta ominosa realidad no se puede ocultar con bellos discursos y con los trucos publicitarios a los cuales son tan afectos Washington y sus aliados. El desafío es gravísimo y sólo podrá ser exitosamente enfrentado mediante la cooperación internacional, sin hegemonismos de ningún tipo.
Segundo, en su exposición Putin aportó un detallado análisis del decadente itinerario transitado desde la posguerra hasta el fin de la Guerra Fría, el surgimiento del fugaz unipolarismo norteamericano y, en su curva descendente después del 11-S, las tentativas de mantener al actual (des)orden internacional por la fuerza o el chantaje de las sanciones económicas como las aplicadas en contra de Cuba por más de medio siglo, Irak, Irán, Corea del Norte, Siria, Costa de Marfil y ahora Rusia. Un orden que se cae a pedazos y, como lo anunciaba el título del Encuentro, que se debate entre la creación de nuevas reglas o la suicida aceptación de la fuerza bruta como único principio organizador del sistema internacional. De hecho nos hallamos ante un mundo sin reglas o con reglas que existen pero que son pisoteadas por los actores más poderosos del sistema, comenzando por Estados Unidos y sus aliados, que dan por desahuciada a las Naciones Unidas sin proponer nada a cambio.  La Carta de las Naciones Unidas y las decisiones del Consejo de Seguridad son violadas, según Putin, por el autoproclamado líder del mundo libre con la complicidad de sus amigos creando así una peligrosa “anomia legal” que se convierte en campo fértil para el terrorismo, la piratería y las actividades de mercenarios que ora sirven a uno y luego acuden a prestar sus servicios a quien le ofrece la mejor paga. Lo ocurrido con el Estado Islámico es paradigmático en este sentido.
Tercero, Putin recordó que las transiciones en el orden mundial “por regla general fueron acompañadas si no por una guerra global, por una cadena de intensos conflictos de carácter local.” Si hay algo que se puede rescatar del período de la posguerra fue la voluntad de llegar a acuerdos y de evitar hasta donde fuese posible las confrontaciones armadas. Hubo, por cierto, muchas, pero la temida guerra termonuclear pudo ser evitada en las dos mayores crisis de la Guerra Fría: Berlín en 1961 y la de los misiles soviéticos instalados en Cuba en 1962. Posteriormente hubo importantes acuerdos para limitar el armamento nuclear. Pero esa voluntad negociadora ha desaparecido. Lo que hoy prevalece es una política de acoso, de bullying, favorecida por un  hipertrofiado orgullo nacional con el cual se manipula a la opinión pública que así justifica que el más fuerte –Estados Unidos- atropelle y someta a los más débiles. Si bien no menciona el dato, en el trasfondo de su discursose perfila con claridad la preocupación por la desorbitada expansión del gasto militar estadounidense que, según los cálculos más rigurosos, supera el billón de dólares (o sea, un millón de millones de dólares) cuando al desintegrarse la Unión Soviética los publicistas del imperio aseguraron urbi et orbi que el gasto militar se reduciría y que los así llamados “dividendos de la paz” se derramarían en programas de ayuda al desarrollo y combate a la pobreza. Nada de eso tuvo lugar.
Cuarto, al declararse a sí mismos como vencedores de la Guerra Fría la dirigencia norteamericana pensó que todo el viejo sistema construido a la salida de la Segunda Guerra Mundial era un oneroso anacronismo. No propuso un “tratado de paz”, en donde se establecieran acuerdos y compromisos entre vencedores y vencidos, sino que Washingtonse se comportó como un “nuevo rico” que, embriagado por la desintegración de la Unión Soviética y su acceso a una incontestada primacía mundial, actuó con prepotencia e  imprudencia y cometió un sinfín de disparates. Ejemplo rotundo: su continuo apoyo a numerosos “combatientes de la libertad” reclutados como arietes para producir el “cambio de régimen” en gobiernos desafectos y que a poco andar se convirtieron en “terroristas” como los que el 11-S sembraron el horror en Estados Unidos o los que hoy devastan a Siria e Irak. Para invisibilizar tan gigantescos errores la Casa Blanca contó con “el control total de los medios de comunicación globales (que) ha permitido hacer pasar lo blanco por negro y lo negro por blanco.” Y, en un pasaje de su discurso Putin se pregunta: “¿Puede ser que la excepcionalidad de los Estados Unidos y la forma como ejerce su liderazgo sean realmente una bendición para todos nosotros, y que su continua injerencia en los asuntos de todo el mundo esté trayendo paz, prosperidad, progreso, crecimiento, democracia y simplemente tengamos que relajarnos y gozar? Me permito decir que no.”
Quinto, en diversos tramos de su alocución y del intercambio de preguntas y respuestas con los participantes, Putin dejó sentado muy claramente que Rusia no se cruzará de brazos ante las amenazas que se ciernen sobre su seguridad nacional. Utilizó para transmitir ese mensaje una elocuente metáfora para referirse, indirectamente, a los planes de la NATO de rodear a Rusia con bases militares y para responder a las inquietudes manifestadas por algunos de los presentes acerca de una eventual expansión imperialista rusa. Dijo que en su país se le tiene gran respeto al oso “amo y señor de la inmensidad de la taiga siberiana, y que para actuar en su territorio ni se molesta en pedirle permiso a nadie. Puedo asegurar que no tiene intenciones de trasladarse hacia otras zonas climáticas porque no se sentiría cómodo en ellas. Pero jamás permitiría que alguien se apropie de su taiga. Creo que esto está claro.” Esta observación fue también una respuesta a una caracterización muy extendida en Estados Unidos y Europa que menosprecia a Rusia -y antes a la Unión Soviética- como “un Alto Volta (uno de los países más pobres y atrasados de África) con misiles”. Sin dudas que el mensaje fue muy claro y despojado de eufemismos diplomáticos, en línea con su confianza en la fortaleza de Rusia y su capacidad para sobrellevar con patriotismo los mayores sacrificios, como quedó demostrado en la Segunda Guerra Mundial. Dijo textualmente: “Rusia no se doblegará antes las sanciones, ni será lastimada por ellas, ni la verán llegar a la puerta de alguien para mendigar ayuda. Rusia es un país autosuficiente.”
En síntesis: se trata de uno de los discursos más importantes sobre el tema pronunciado por un jefe de estado en mucho tiempo y esto por muchas razones. Por su documentado y descarnado realismo en el análisis de la crisis del orden mundial, en donde se nota un exhaustivo conocimiento de la literatura más importante sobre el tema producida en Estados Unidos y Europa, refutando en los hechos las reiteradas acusaciones acerca del “provincianismo” del líder ruso y su falta de contacto con el pensamiento occidental. Por su valentía al llamar las cosas por su nombre e identificar a los principales responsables de la situación actual. Ejemplo: ¿quién arma, financia y recluta a los mercenarios del EI? ¿Quién compra su petróleo robado de Irak y Siria, y así contribuye a financiar al terrorismo que dicen combatir? Preguntas estas que ni el saber convencional de las ciencias sociales ni los administradores imperiales jamás se las formulan, al menos en público. Y que son fundamentales para entender la naturaleza de la crisis actual y los posibles caminos de salida. Y por las claras advertencias que hizo llegar a quienes piensan que podrán doblegar a Rusia con sanciones o cercos militares, como nos referíamos más arriba. Pero, a diferencia del célebre discurso de Churchill, al no contar con el favor del imperio y su inmenso aparato propagandístico camuflado bajo los ropajes del periodismo el notable discurso de Putin ha pasado desapercibido, por ahora. A cien años del estallido de la Primera Guerra Mundial y a veinticinco de la caída del Muro de Berlín Putin arrojó el guante y propuso un debate y esbozó los lineamientos de lo que podría ser una salida de la crisis. Ha pasado algo más de un mes y la respuesta de los centros dominantes del imperio y su mandarinato ha sido un silencio total. Es que no tienen palabras ni razones, sólo armas. Y van a continuar tensando las cuerdas del sistema internacional hasta que el caos que están sembrando revierta sobre sus propios países. Nuestra América deberá estar preparada para esa contingencia.

jueves, 20 de noviembre de 2014

85 médicos emigran de España cada semana. Pero si 15 lo hacen de Cuba `huyen en masa´

José Manzaneda 
Coordinador de Cubainformación TV
La respuesta médica solidaria de Cuba frente al ébola en África Occidental (1) ha sido un golpe demoledor a la estrategia de guerra mediática contra el Gobierno cubano, que hoy es presentado por la Organización Mundial de la Salud como un ejemplo para el mundo (2).
Al punto de que el diario The New York Times, en un editorial, sacara los colores al Gobierno de Barack Obama por su política "incongruente" y "difícil de justificar" en esta materia (3): porque, por un lado, su Secretario de Estado John Kerry elogiaba a Cuba (4) (5), cuyos cooperantes en Liberia, incluso, atienden a sus pacientes en hospitales de campaña construidos con apoyo económico de EEUU (6); pero, al mismo tiempo, ese mismo Departamento de Estado mantiene vigente el llamado Cuban Medical Profesional Parole, un programa que ofrece asilo político a todo cooperante sanitario de Cuba que acuda a una embajada o consulado de EEUU (7).
Otros medios internacionales siguen celebrando, sin embargo, cualquier obstáculo a los programas de solidaridad médica cubana en el mundo. Hace unos días, el diario español ABC titulaba "Los médicos enviados por Cuba a Venezuela huyen en masa a EEUU" (8). Un reportaje propagandístico sobre Solidaridad Sin Fronteras, la organización que, desde Miami, apoya al Departamento de Estado en la captación y compra de los cooperantes sanitarios de Cuba en todo el mundo (9).
En el texto, el ABC no mencionaba en ningún momento este programa del Gobierno norteamericano, dando a entender que los cooperantes cubanos que deciden emigrar a EEUU cuentan solo con el apoyo de la citada organización de Miami, a la que el diario presenta como una "ONG" de corte humanitario.
Su presidente, Julio César Alfonso, se vanagloriaba de que -según sus datos- "cada semana una media de quince médicos cubanos intentan fugarse de Venezuela y huir al `mundo capitalista´". Y afirmaba que habrían "desertado de Venezuela y otros países unos 3.000 profesionales".
Pero hagamos un sencillo cálculo. Existen hoy 48.270 cooperantes sanitarios de Cuba en todo el mundo, que permanecen una media de dos años en el exterior (10). Si el programa de asilo, que coordinan el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, lleva 8 años (11), los 3.000 médicos captados no representarían más del 1,55 % del total. Un verdadero fracaso.
El reportaje de ABC -y otros publicados esta semana en diarios latinoamericanos (12) (13)- aprovechaban para dibujar el habitual cuadro tétrico de la situación social de Venezuela: el "éxodo (de médicos cubanos) -leemos- (está) agravado por el deterioro de las condiciones económicas y la inseguridad" en aquel país. Y añadía las mentiras escandalosas de un supuesto "médico cubano desertor": por ejemplo, que, en las "elecciones (venezolanas), los médicos cubanos deben `aconsejar´ a los pacientes votar por los chavistas". Algo rotundamente falso, porque los cooperantes cubanos tienen normado, de manera taxativa, no hablar de política en los consultorios. E introducía los habituales tintes clasistas de desprecio hacia los habitantes de los cerros de Caracas, "donde -según el citado médico- lo que había era una cuerda de malandros (delincuentes)", que ahora cuentan "con su propio médico, (y) (...) su propio entrenador de baloncesto". El mensaje es claro: los habitantes de los barrios populares de Venezuela -chavistas en su mayoría- son meros delincuentes que no merecen servicios públicos.
Pero lo más curioso del reportaje lo señalaba Eugenio Martínez, Embajador de Cuba en España, en una carta dirigida al diario ABC (14). Expresaba su "sorpresa" por convertir este asunto en "noticia de gran destaque", cuando en España "3.400 médicos han pedido ya este año el certificado para emigrar" (15). Lo que serían 85 cada semana, seis veces más que los supuestos 15 médicos cubanos que -según el ABC- "huyen en masa a EEUU".
Mientras, las impresionantes cifras de la cooperación médica cubana, que sí deberían ser noticia, son completamente ignoradas por la prensa: 1.750.000 vidas salvadas en Venezuela desde 2003 (16); 292.640 en Guatemala desde 1998 (17); o 74.946 en Bolivia desde 2006 (18).
En su carta, el Embajador cubano en Madrid hacía una pregunta adicional: "¿cuál sería la cifra de médicos españoles emigrantes, de existir un Spanish Medical Professional Parole y un bloqueo de EEUU contra España?" Una pregunta dirigida directamente a la corresponsal en Caracas del diario ABC Ludmila Vinogradoff. La misma periodista -por cierto- que, hace unos meses, ilustraba la supuesta represión en Venezuela con una fotografía de la policía... de Egipto (19). ¿Les suena? (20)

NOTAS
(1)   http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/12/541308fe268e3ed9088b458b.html
(2)   http://cuba.cu/noticia.php?archivo_noticia&id=23278
(3)   http://www.cubadebate.cu/noticias/2014/11/16/editorial-de-the-new-york-times-la-fuga-de-cerebros-en-cuba-cortesia-de-eeuu/#.VGu0FGczCdw
(4)   http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/10/141017_ultnot_john_kerry_ebola_cuba_elogio_jgc
(5)   http://internacional.elpais.com/internacional/2014/10/31/actualidad/1414769756_983090.html
(6)   http://percy-francisco.blogspot.com.es/2014/11/medicos-cubanos-en-centro-usaid-por-que.html
(7)   http://www.cubainformacion.tv/index.php/especiales/lecciones-de-manipulacion/20517-un-escandalo-silenciado-por-los-medios-el-programa-de-eeuu-para-la-desercion-de-cooperantes-medicos-cubanos
(8)   http://www.abc.es/internacional/20141112/abci-medicos-cubanos-desertores-en-masa-venezuela-201411111936.html
(9)   http://solidaridadsinfronteras.net/programs_barrio_afuera.php
(10)          http://www.jornada.unam.mx/2014/10/21/sociedad/036n1soc
(11)          http://www.state.gov/p/wha/rls/fs/2009/115414.htm
(12)          http://www.eluniversal.com/internacional/141109/se-duplica-la-desercion-de-cubanos-desde-venezuela
(13)          http://www.paginasiete.bo/planeta/2014/11/13/debido-crisis-medicos-cuba-huyen-venezuela-eeuu-38138.html
(14)          http://www.cubainformacion.tv/index.php/en-portada/59590-carta-al-abc-del-embajador-de-cuba-ilos-medicos-que-huyen-son-los-cubanos-o-mas-bien-los-espanoles
(15)          http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/05/23/actualidad/1400873490_483263.html
(16)          http://www.radiometropolitana.icrt.cu/?p=8540
(17)          http://cubaendefensadelahumanidad.blogspot.com.es/2014/11/medicos-cubanos-han-salvado-la-vida-de.html#!/2014/11/medicos-cubanos-han-salvado-la-vida-de.html
(18)          http://www.cambio.bo/?q=brigada-m%C3%A9dica-cubana-atendi%C3%B3-m%C3%A1s-de-6-millones-de-pacientes-en-bolivia
(19)          http://www.eldiario.es/lacrispacion/ABC-ilustra-fascismo-represion-Egipto_6_123597645.html
(20)          http://www.aporrea.org/medios/n227551.html

Palestina: viene un gran ya basta popular

Ángel Guerra Cabrera
Arde Jerusalén y la rabia se extiende a toda Palestina. Israel, con el apoyo invariable de Estados Unidos y sus acólitos, alega como siempre que la violencia “terrorista” de los palestinos es la causa de sus masivas e ilegales medidas represivas contra estos. Otra cortina de humo reproducida por el ejército mediático imperialista. Sí ha habido actos de violencia individual de palestinos hartos de la ocupación y sus abusos que han costado vidas israelíes, pero analicemos en qué contexto.
No más concluir la última carnicería sionista en Gaza(26 de agosto), con saldo de 2100 muertos y 10 000 heridos palestinos  y la destrucción de casi toda la infraestructura existente,  Israel anunció la confiscación de cuatrocientas hectáreas de tierra en Jerusalén Este(que ocupa desde 1967) para entregarlas ilegalmente a colonos judíos, en su mayoría ultraortodoxos fundamentalistas. El anuncio revivió las protestas multitudinarias de junio de este año en la ciudad santa, Cisjordania y barrios palestinos de Galilea, e iniciadas cuando fue secuestrado y quemado vivo por varios de esos colonos el adolescente palestino de 16 años Mohammed Abu Khdair.
Las protestas amainaron a consecuencia del atroz ataque a Gaza pero al reiniciarse se han convertido en lo que muchos conocedores califican ya de “Intifada de Jerusalén”, acrecentada y de nuevo alcanzando a Cisjordania a tenor de las profanaciones perpetradas en los últimos meses por los colonos judíos contra la simbólica mezquita de Al Aqsa y el vecino complejo del Santuario Noble con el apoyo de las fuerzas de seguridad y los políticos israelíes.
La mezquita es objeto de veneración por los 1600 millones de musulmanes de todo el mundo y las actuales provocaciones israelíes equivalen a abofetearlos en pleno rostro. Cabe recordar que fue la provocación montada allí por el entonces candidato a Primer Ministro de Israel Ariel Sharon,  el factor desencadenante de la Segunda Intifada, conocida también como la Intifada de Al Aqsa.
Desde hace dos años a los hombres palestinos menores de 60 años y a las mujeres menores de 40 se les prohíbe realizar sus rezos en Al Aqsa, rodeada por puntos de control de las fuerzas de seguridad israelíes.  El ocupante roba cada vez más tierra palestina y solo en los dos últimos meses ha anunciado la construcción de más de 3600 viviendas para colonos, mientras estos continúan apoderándose de casas palestinas como recientemente en el barrio de Silwan.
Israel construye un muro de más de 700 kilómetros de largo y hasta siete metros de alto que impide el acceso de miles de palestinos a sus tierras, aguas, escuelas y hospitales. A Jerusalén Este lo separa de Cisjordania dividiendo a parejas y familias, dificultando el acceso de los estudiantes que vienen a universidades de la ciudad. Cientos de casas palestinas han sido derribadas para construir el muro y las carreteras y caminos que lo bordean y muchos palestinos han sido notificados de que sus casas serán arrasadas por la misma razón. Los palestinos no pueden circular por las carreteras conectadas al muro ni pueden atravesar la mayoría de sus puertas. Los que viven en Jerusalén no están autorizados a viajar a Gaza.
Es evidente que Israel no está dispuesto a convivir con un estado palestino independiente con fronteras bien delimitadas como lo expresa muy claramente el programa del gobernante partido Likud y lo demuestran estos hechos.
Israel lleva a cabo una bantustanización de los territorios palestinos peor que la del régimen del apartheid, ha expresado el obispo surafricano Desmond Tutu. El muro, el cerco de Gaza y los 600 000 colonos que viven en asentamientos ilegales en Cisjordania y Jerusalén Este trucidan en pedazos los territorios palestinos e impiden la continuidad territorial indispensable para crear un Estado. Separar a Gaza de Cisjordania cumple el designio geopolítico israelí de aislar y envolver Cisjordania sin salida al mar mientras el muro y otras medidas cortan Cisjordania en dos. Es cínico mencionar siquiera al “proceso de paz”.
Las protestas de Jerusalén han generalizado en Palestina tres demandas: apoyar la resistencia y los derechos palestinos en Jerusalén; cesar la cooperación en seguridad de la Autoridad Nacional Palestina con Israel; que los dirigentes palestinos firmen el acceso a la Corte Penal Internacional, y lleven a juicio a los criminales de guerra israelíes.
Viene un gran ya basta popular que clama por una verdadera unidad del liderazgo palestino.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Hijo de médico cubano diagnosticado de ébola envía nota a la prensa cubana

Nota del Editor (Cubasí.cu):
Tras divulgar la noticia del médico cubano diagnosticado con ébola en Sierra Leona, recibimos hace unos minutos en Cubasí un comentario de Alejandro Báez, su hijo, quien agradece a todos los que han mostrado solidaridad con su padre y su familia, y a las autoridades médicas del país que facilitaron una pronta atención y el traslado inmediato a Ginebra. Aquí reproducimos el emotivo mensaje:

Hola soy el hijo de Félix. Me llamo Alejandro. Quiero agradecer a todos aquellos que de una forma u otra animan y dan esperanzas a nuestra familia y mi padre. Quiero reconocer también a las autoridades de la salud que hicieron posible que mi papá comenzara a recibir atención médica tan pronto y lo trasladaran a GINEBRA para ser atendido con todos los medios. Yo sé que todo saldrá bien y en unos meses esto será solo una historia para contar. Por otro lado ánimo a los que aun estan allá cumpliendo con su hermosa labor a pesar del riesgo que implica y les agradezco por cuidar de mi papá mientras yo no estoy, todas nuestras esperanzas estan con ustedes. Un saludo a todos. Papá sé fuerte, todo va a estar bien aqui, esta toda Cuba esperando por ti.
Ale FCB

jueves, 13 de noviembre de 2014

Cambio de época: a 25 años de la caída del Muro de Berlín

 Muro de Berlín
 Muro Estados Unidos - México
Muro Israel - Palestina
Atilio A. Boron
El 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín. Poco después el contagio o efecto dominó derrumbaría ya no muros sino a los regímenes supuestamente socialistas erigidos como resultado de la nueva constelación geopolítica emergente a fines de la Segunda Guerra Mundial hasta que, entre fines de 1991 y comienzos de 1992, el proceso culminaría con la desintegración de la Unión Soviética. Estos acontecimientos dieron lugar a eufóricas declaraciones por parte de gobernantes, políticos, periodistas e intelectuales del mal llamado «mundo libre»: fervientes promesas de paz y prosperidad se escuchaban en Washington, Bonn, Londres y París, las que en el asfixiante clima neoliberal de los 90 se repetían hasta el hartazgo en América Latina y el Caribe.
En esta fragorosa batalla de ideas pocos textos pudieron captar el clima ideológico imperante en las metrópolis del capitalismo con más precisión que el libro de Francis Fukuyama, El fin de la historia y el último hombre, originalmente publicado en 1992. En esa obra se argumentaba que la Guerra Fría había terminado, y que su resultado final marcaba el triunfo definitivo de la democracia liberal y el capitalismo de libre mercado a lo largo y a lo ancho del planeta.
Un cuarto de siglo después las tesis centrales del libro fueron impiadosamente refutadas por la historia: primero, ésta no terminó sino que se aceleró, tornándose a la vez más compleja y truculenta. La Guerra Fría, luego de un paréntesis, retomó impulso con la renovada virulencia que vemos en estos días; y ni la democracia liberal ni el capitalismo de libre mercado han triunfado. Por el contrario, atraviesan una crisis que no pocos se atreven a calificar de terminal. Surgen teorizaciones y prácticas que hablan de nuevas formas de democracia que superan las limitaciones de su versión liberal (plasmadas, por ejemplo, en las constituciones de Bolivia, Ecuador y Venezuela) a la vez que proliferan los análisis que demuestran que el capitalismo ha chocado contra una frontera ecológica insuperable.
¿Qué ocurrió después de la caída del Muro? En el plano estrictamente doméstico, Alemania Federal anexó a la República Democrática Alemana y, menos de un año más tarde, el 3 de octubre de 1990, el canciller Helmut Kohl proclamó la reunificación. Ésta se llevó a cabo con un apenas solapado ánimo de venganza. En los demás países, una vez desaparecida la Unión Soviética, sus pueblos pudieron preservar su identidad nacional. En el caso alemán, en cambio, la reunificación intentó borrar hasta las más insignificantes huellas de la RDA.
Como comenta Maxim Leo, un joven periodista que creció en la RDA, «nuestro país dejó de existir y nosotros también». Lo que vino después fue una satanización de toda aquella experiencia, simbolizada en dos detestables rasgos del viejo sistema: la Stasi, temible policía secreta, el Muro de Berlín, y la rusticidad de los automóviles Trabant. ¿Hubo algo más? Sin duda, y eso es lo que hoy en Alemania se describe como «Ostalgia», porque «Ost» significa «Este» en alemán. ¿Nostalgia de qué? De varias cosas: había trabajo para todos, la vivienda era barata, la atención médica era gratuita y de calidad y existía un muy buen sistema educacional accesible para todos.
Como recuerda el periodista Wolfgang Herr, «no todo era tan malo antes y no todo es tan bueno ahora». Pese a los «paisajes floridos» que demagógicamente prometiera el canciller Kohl (producto de la euforia del momento, según lo reconoció años después) aquellos paisajes todavía hoy no se divisan. La brecha que separaba las dos regiones antes de la reunificación apenas si se ha atenuado en algunos aspectos, pero se ha acentuado en otros. El ingreso per cápita de las cinco provincias orientales equivale a las dos terceras partes de sus congéneres occidentales, un aumento si se considera que antes de la reunificación eran el 43%, pero hace varios años que esta brecha ha dejado de cerrarse y parece haberse cristalizado en aquella proporción. Y la tasa de desempleo en el este es casi el doble que la registrada en el oeste.
Un año después de la caída del Muro, el 61% de los alemanes orientales se consideraban a sí mismos simplemente como alemanes; cuatro años más tarde este porcentaje se redujo al 35% a causa de la desilusión causada por la unificación. Brechas que se acentuaron en relación con los derechos de la mujer, el escaso apoyo en términos de guarderías y jardines infantiles, acceso a la salud y educación. Una encuesta revelaba, en 2009, que solo el 12% de los alemanes orientales creía que se había alcanzado el mismo nivel de vida que en las provincias occidentales, mientras que el 86% decía que no. Sin duda, ahora gozan de libertades que antes no tenían pero en el capitalismo alemán, como en cualquier otro, esas libertades tropiezan con enormes dificultades a la hora de ser realizadas.
Pueden salir a voluntad de Alemania, porque ya no está el Muro, pero sus ingresos no se lo permiten. Pueden ir todos los días al KDW, la famosa tienda de departamentos que relumbraba como un sol del otro lado del Muro, pero no tienen dinero para adquirir lo que allí está a la venta.

Gasto militar
En el terreno internacional la caída del Muro fue el preludio del derrumbe de la Unión Soviética y el inicio del breve y turbulento «unipolarismo» estadounidense. Lo ocurrido en Berlín fue exaltado por los tanques de pensamiento y los intelectuales orgánicos del imperio como el alumbramiento de un nuevo orden mundial que, aseguraban, duraría todo un siglo. Eso pensaban los integrantes del Proyecto del Nuevo Siglo Americano, que habrían de sufrir un rudo despertar la mañana del 11 de setiembre de 2001 cuando todas sus ocurrencias, que no ideas, se derrumbaron junto con las Torres Gemelas de Nueva York.
La caída del Muro y todo lo que se precipitó después modificó radicalmente la realidad internacional. Los famosos «dividendos de la paz» prometidos por George Bush padre y Margaret Thatcher, gracias al fin de la Guerra Fría y la presunta disminución del gasto militar, se esfumaron de la noche a la mañana.
Cuando se produce la implosión soviética, en 1992, el presupuesto militar de Estados Unidos equivalía al de los 12 países que le seguían en la carrera armamentista. Cuando en 2003 se decide la invasión y posterior ocupación de Irak el gasto norteamericano ya era equivalente al de los 21 países que le seguían en ese rubro.
Las complicaciones de esa guerra, sumadas a la intensificación de las operaciones en Afganistán, hicieron que, para 2008, el gasto militar de los Estados Unidos sólo pudiera ser igualado si se sumaban los presupuestos militares de 191 países. En 2010 la erogación estadounidense en armas y pertrechos ya superaba al gasto militar de todos los países del planeta, quebrando la barrera psicológica del billón de dólares. Otra consecuencia de la caída del Muro, en el plano internacional, fue desencadenar la expansión de la OTAN hacia el Este, desde las nuevas provincias alemanas y también desde países como Polonia y la ex Checoslovaquia y, en general, de todos los que tenían fronteras con Rusia. Proceso, vale aclarar, que en días recientes se acentuó con la instalación de nuevas bases militares en Letonia, Lituania, Estonia, Rumania y Polonia, países altamente dependientes del suministro del gas ruso.
El Muro de Berlín fue caracterizado por la crítica del «mundo libre» como el «muro de la infamia». A lo largo de su historia (13 de agosto 1961 - 9 de noviembre 1989) murieron al intentar cruzarlo 136 alemanes. Es el único muro del cual se habla, soslayando la presencia de otros que demostraron, y demuestran todavía, ser mucho más letales que el alemán. Piénsese que en el que separa Estados Unidos de México mueren cada año cerca de 500 personas. Que hay otro muro de la infamia en la Ribera Occidental, erigido por Israel para contener a los palestinos y cuyas víctimas también se cuentan por cientos. El gigantesco Muro del Sahara Occidental, construido por Marruecos, un incondicional aliado de Occidente, para aislar a la región controlada por el Frente Polisario, y el alambrado construido en Melilla para impedir que desde ese enclave español los africanos puedan ingresar a Europa, son otros tantos ejemplos de una infamia que es ocultada ante los ojos de la opinión pública internacional. Sí, cayó el Muro de Berlín y se acabó su ignominia, pero quedan varios en pie, solo que blindados por el silencio cómplice del pensamiento dominante y su enorme aparato propagandístico al servicio del capital.

El muro de Berlín y la fantasía anticomunista

Ángel Guerra Cabrera 
En las últimas semanas hemos presenciado un despliegue extraordinario de la mafia mediática imperialista que machaca la caída del Muro de Berlín como el “fin del comunismo”. Aunque el clavo final al ataúd de la Unión Soviética fue puesto el 25 de diciembre de 1991, se ha instalado la percepción de la caída del muro como el principio del fin de aquel magno primer experimento de liberación humana iniciado por el Partido Bolchevique en 1917. Pero no fue el fin del comunismo ni como sistema social ni como teoría y práctica políticas. No lo fue como sistema social porque con todos los prodigiosos avances sociales, económicos, políticos, culturales y científicos logrados en aquel gigantesco país abrumadoramente campesino y analfabeto, lo alcanzado quedó lejos del horizonte imaginado por Marx. Allí y en otros países que se sumaron a la experiencia, los partidos dirigentes se desvincularon de las masas y en algunos casos cometieron graves desviaciones de los principios del humanismo marxista que, en conjunto, llevaron a la implosión del sistema. Aunque está por hacerse un verdadero balance científico de aquella experiencia, sí tenemos la certeza de que nació, creció y murió bajo el acoso y la guerra sin cuartel de las potencias imperialistas y que debemos la derrota del nazismo principalmente al heroísmo del pueblo soviético y del Ejército Rojo. No ocurrió el fin del comunismo como teoría y práctica política puesto que desde bastante antes de la caída del muro y hasta hoy el capitalismo se hunde en una crisis multidimensional irreversible que confirma como nunca antes la vigencia de la crítica de Marx a ese sistema de explotación y saqueo. No fue tampoco el fin de la historia como lo demuestra la crisis de hegemonía que atraviesa Estados Unidos y el surgimiento de un mundo pluripolar donde no puede ejercer sus tiránicas políticas de guerra y depredación sin fuerte resistencia y sin sufrir grandes descalabros, como en Irak, Afganistán, Libia, Siria y Ucrania. A ello han contribuido notable y crecientemente la emergencia de dos grandes potencias económicas y militares con políticas de paz precisamente en los dos estados donde ocurrieron las dos grandes revoluciones socialistas de Europa y Asia. Pero las pruebas más contundentes de la vigencia de los ideales de igualdad, justicia y libertad entrañados en el comunismo las tenemos en América Latina. Cuba no renunció al socialismo ni cuando cayó aquel muro ni cuando se derrumbó la Unión Soviética, que había sido su aliado principal frente a la hostilidad de Washington, no obstante que este recrudeció el bloqueo y los planes desestabilizadores contra la isla. En febrero de 1989, antes aún de la caída del muro, Venezuela protagonizaba el caracazo, la primera gran rebelión antineoliberal del planeta, preludio de otras en que las masas latinoamericanas dejaron muy claro su rechazo a las nuevas formas de explotación capitalista. El caracazo abonó el camino al surgimiento de ese gigante de nuestro tiempo que fue Hugo Chávez. Una década después(1999), a ocho años del derrumbe soviético, iniciaba en América Latina y el Caribe lo que Rafael Correa ha llamado un cambio de época pues marca el momento en que fructifica la rebelión y la unidad latino-caribeña contra la imposición de Washington. En la cresta de una gran ola popular suramericana, Chávez, acompañado de la amistad y el intercambio de ideas con Fidel y sólidamente unido con Lula, Kirchner y Evo derrotó las pretensiones gringas de imponer un tratado de libre comercio continental como el que ha sumido a México en la pobreza, la subordinación al norte y la violencia sin límites. A la vez, sentó las bases institucionales del ideal de unidad e integración de América Latina y el Caribe al impulsar el surgimiento del Alba, Petrocaribe, Unasur, el Mercocur posneoliberal y Unasur. Si América Latina es hoy –junto a los BRICS- uno de los grandes pilares de la multipolaridad, se debe a esas trasformaciones políticas, que tuvieron su inspiración primigenia en Bolívar y Martí pero también en Marx, Lenin, Trotsky, Gramsci, Che, y –muy importante- en la teología de la liberación. No es el socialismo el objetivo actual de todos nuestros procesos nacional-populares pero difícilmente habrían podido avanzar y fortalecerse tan rápido sin el ejemplo de resistencia del socialismo cubano ni explicarse sin la influencia ejercida en la mayoría de sus líderes por el ideal socialista y comunista.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Se los llevaron vivos. Homenaje a los 43 estudiantes desaparecidos en México (ILUSTRACIONES / II)

Otras 10 ilustraciones de los muchachos desaparecidos por la narcopolicía. Vendrán más.






Miles se unieron por Ayotzinapa en el dolor y también en la esperanza (texto y fotos de La Jornada)

Crece la indignación y la protesta ciudadana del pueblo mexicano por la desaparición impune de 43 estudiantes. Ayer TeleSur trasmitió en vivo la jornada de protesta.

Resumen del día de ayer, según el periódico mexicano La Jornada:
-La tercera Jornada Global por Ayotzinapa se realizó con la participación de decenas de miles de personas en México y más países de América, Europa y Oceanía.
-En México, inició un paro laboral de 72 horas en numerosos planteles de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
-En el Distrito Federal, decenas de miles marcharon de Los Pinos al Zócalo capitalino. El sentimiento era de rabia, de dolor, pero también de fuerza colectiva.
“¡Fuera, Peña!” fue uno de los gritos que más se escuchó durante la movilización, y “Fue el Estado” se repitió en numerosas mantas y carteles.
-En Guerrero, estudiantes, maestros y representantes de organizaciones sociales bloquearon la Autopista del Sol y la carretera federal México-Acapulco.
-En numerosas entidades, entre ellas, Chiapas, Tamaulipas, Durango, Puebla, Veracruz, Zacatecas, Coahuila y Aguascalientes también se realizaron movilizaciones.
-Manifestantes ocuparon la calle frente al consulado de México en Nueva York, en una acción de desobediencia civil sin precedente.
-Frente a la embajada en Londres también se realizó una manifestación.
-Durante un simposio de becarios de CONACyT, en Estrasburgo, Francia, los estudiantes mostraron carteles con los retratos de los 43 normalistas, e incluso el jefe de la oficina de información del Parlamento Europeo, Luis Martínez Guillén, pronunció un mensaje de solidaridad con los familiares de los normalistas desaparecidos.
 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Las reservas morales

Enrique Ubieta Gómez
I
Un excelente pelotero cubano abandona su equipo ganador en plena temporada beisbolera y se escabulle hacia un país desconocido. Su razón: vender como agente libre su fuerza de trabajo deportiva a las Grandes Ligas. Por las recientes cifras pagadas a otros coterráneos y ex compañeros del equipo nacional –que “escaparon” antes, como él–, podría aspirar con justificada razón a embolsarse una cifra superior a los cuarenta millones de dólares. El pelotero no puede acceder a un contrato similar desde su país, porque el gobierno estadounidense prohíbe que sea contratado si antes no escenifica el show mediático de una “fuga”, y politiza su decisión. Prohíbe incluso que las federaciones latinoamericanas, subordinadas a las Grandes Ligas, lo contraten, si antes no deserta.
Ante la disyuntiva, elige la “fuga”, es decir, asume que la pelea no es suya, sino entre los gobiernos de Cuba y de Estados Unidos. Lo hace, sabiendo o desconociendo (qué importa, para los adultos no vale la inocencia) que las Grandes Ligas pagan su calidad y al mismo tiempo, el progresivo desmantelamiento del deporte alternativo en Cuba, y que el gobierno enemigo lo recibe y exhibe como “refugiado político”. No está de moda la palabra, pero (se) traiciona. Algunos conocidos dicen, encogiéndose de hombros: es inevitable, nada podemos hacer frente a la fiesta de los millones. El dinero manda. Y es obvio que Cuba jamás podría ni querría pagar esa suma (si la pagara, ella misma habría desmantelado el deporte alternativo). ¿Y qué importancia tiene para unos u otros su existencia? Pues que es una de las expresiones más exitosas de las nuevas relaciones anticapitalistas creadas por la Revolución.
Las medallas que Cuba obtuvo durante décadas en Olimpiadas y campeonatos del orbe eran de verdad, aunque la propaganda enemiga trata de disminuirlas. Junto a esas medallas están los records de nuestros atletas. Y la decisión de estos de no traicionar el espíritu antimercantil del mal llamado deporte amateur. ¿Cuántos millones rechazaron Teófilo Stevenson y Omar Linares, o más recientemente Alfredo Despaigne, para solo citar algunos ejemplos? Hoy, los peloteros y deportistas cubanos son reconocidos como profesionales, eso está bien, lo que no significa que estén sujetos a las leyes del profesionalismo, es decir, del mercado, lo cual está mejor. Sí, es una manera conciente de ideologizar la pelota, de preservarla como juego sano, porque si no la ideologizamos, la ideologiza el mercado: transforma el juego sano en mercancía. “Sí, soy revolucionario”, dijo firme y claro Antonio Muñoz, el Gigante del Escambray, en Miami, a los interesados aduladores. “Con lo que gano en Cuba vivo”, agregó.
Hoy, nuestros peloteros ganan un salario digno que se incrementa según el rendimiento, y reciben otras facilidades materiales, pueden contratarse en el circuito profesional japonés, y –acaba de suceder con algunos de ellos– ganar en apenas una temporada hasta un millón de dólares. Pero no basta, dicen. Cuarenta millones son más que un millón. La guerra es asimétrica, porque el desafío se plantea en el terreno de los intereses materiales, que es el de ellos. Replanteémosla en el nuestro: el de la conciencia. O se construye una muralla de principios, de razones, de afectos, o habrá triunfado la cultura del tener, el “todo vale” capitalista. ¿Acaso es inevitable?

II
No puedo decir qué piensa o siente un médico cubano, intensivista, con varias misiones cumplidas (Guatemala, Venezuela, Haití), cuando alguien aparece en su casa, el día de su descanso, y le pregunta sin miramientos: ¿partirías mañana para Liberia, o para Guinea Conakry o para Sierra Leona, a combatir el ébola, la epidemia más letal que enfrenta hoy la Humanidad?, ¿pondrías en riesgo tu vida por esa causa? Pero puedo contar lo que, a veces, sucede: el médico acepta y en tres horas empaca y se despide de padres, esposa e hijas. Se une en La Habana a otros cientos que también han aceptado.
La prensa de la contrarrevolución –no la global, la que cotidianamente reproduce los valores de la insolidaridad, sino la subalterna, la mediocre prensa que se empeña en desmantelar la Solidaridad cubana, y elogia la actitud de los peloteros que por cuarenta millones o más, creen que es lícito hacer cualquier cosa–, intenta atemorizar a sus familiares, e insinúa sin pudor que esos médicos y enfermeros viajan forzados por “el hambre”, a cambio de un pago escasamente superior. Para los cínicos, es una respuesta tranquilizadora. Los que se encogen de hombros ante cada deserción, porque, dicen, “hay que adaptarse al mundo en que vivimos”, suspiran complacidos.
Como no puedo decir qué piensa o siente un médico cubano que decide arriesgar su vida, reproduzco la respuesta del doctor Iván Rodríguez Terrero –la suya, no la de otra persona interesada– en una entrevista que le hiciera la periodista Yuliat Acosta para La Calle del Medio:
Soy consciente de que es una misión a la que sabemos que vamos, pero de la que no podemos garantizar el retorno. (…) Tus hijos están dolidos, pero se sienten orgullosos. Tu esposa está triste porque te vas y a veces las misiones traen miles de dificultades, pero a la vez se siente orgullosa. Y que mis hijos digan: ¡mi papá fue a cumplir una misión arriesgada, tuvo el valor de ir!, sirve de estímulo también para tu familia.
(…) Cuando a nosotros nos dijeron del Ébola, nadie preguntó: ¿nos van a pagar? Nunca me ha preocupado eso. Mira, si me hubiese interesado el dinero hubiese dicho: no, espérate, no voy. Yo tengo ya un poco de misiones de riesgo, tengo derecho a cumplir una misión compensada con mejores condiciones. Te digo más, yo estaba de certificado, tengo un dedo del pie fracturado, eso aquí no lo sabe nadie, y me dije: ¡me voy!

III
Esos médicos y esos peloteros, los que rechazan las ofertas que pisotean principios y los que las aceptan, viven en la misma sociedad. El problema no es que alguien quiera ganar mucho dinero, es lo que estaría dispuesto a hacer para ganarlo, qué entregaría a cambio. Habrá que construir consensos para la Cuba socialista que queremos y rechazar los que construye la globalización capitalista. Los consensos no son verdades. Fidel es irrepetible, pero ello no significa que debamos domeñar los sueños. Los que creen que las cosas sin él ya no pueden ser, no confían en el pueblo, en su historia heroica (ni entendieron a Fidel). Es lo que cree el imperialismo, por eso podemos vencerlo. Los cientos de médicos y enfermeros que partieron hacia África, son una prueba irrefutable: en el pueblo hay reservas morales que esperan, que necesitan ser convocadas.  

martes, 4 de noviembre de 2014

"Soy un espía, dicen", es el blog del luchador antiterrorista René González

NOTICIA: El esperado blog de René González, uno de los Cinco antiterroristas cubanos condenados a largas penas de cárcel en los Estados Unidos, acaba de salir al ciberespacio. René cumplió íntegramente su condena de 13 años, más un período de libertad vigilada en aquel país y hoy trabaja denodadamente por la libertad de los tres restantes compañeros que permanecen en prisión (Fernando cumplió 15 años y también se encuentra ya en Cuba): Gerardo, Ramón y Tony. El blog se nombra con ironía SOY UN ESPÍA, DICEN
Aquí está el post inaugural.
POR QUÉ ME ENREDO EN LA RED
René González Sehweret
Este post constituye mi presentación en el mundo de la blogosfera. Para él he contado con la gentileza de personas que me han precedido en este campo. No todos comparten el mismo pensamiento, pero les une el deseo de una Cuba mejor y una honestidad intelectual que respeto. También les une el apoyo a la causa de los Cinco. En este punto representan a millones de personas tanto en Cuba como en el resto del mundo.
He querido que este cuestionario responda a algunas de las interrogantes de esos millones de personas. Aspiro a que con el desarrollo del blog vayan apareciendo más respuestas, incluso para muchos otros que no conocen del caso o que conociéndolo, por razones diversas, no están hoy del lado de los Cinco.
Creo sinceramente en la verdad como valor. Creo que acceder a ella beneficia a todos, aun los que se rehúsen a escucharla. Confío en que se abrirá paso a través de esta bitácora.

1. Por Acerca de Cuba y Blogs Cubanos:  Josephcalvet
Cuando se abre un blog se tiene presente por qué se hace, qué se desea compartir. En tu caso, René, qué pretendes con el blog. Mucha suerte y seguro que será muy bien acogido.
Obviamente, todo lo que me mueve tiene relación con la causa de mis hermanos presos. Espero que el blog sea una contribución a la ruptura del muro de silencio que se ha tendido sobre el caso. Se trata de un juicio largo y complejo, viciado por la venganza y fragmentariamente divulgado. En mis contactos con las personas me doy cuenta de que esa fragmentación se refleja en el conocimiento sobre sus pormenores.
El blog ofrece una oportunidad de que la historia sea abordada directamente por nosotros Cinco, utilizando un formato que permite el diálogo personal, fluido y permanente con quienes deseen aproximarse a ella. Aspiro a una contraposición respetuosa de los diversos abordajes al caso y a través de ella a esclarecer los puntos oscuros del mismo. Espero que este formato sirva para extender el conocimiento del tema a audiencias que si bien no tienen que ser de izquierda, por un sentido de justicia elemental pudieran rechazar la burda revancha que motivó a los fiscales. Este rechazo desde fuera de la izquierda ya se ha dado, y si no se ha replicado más es precisamente debido a la poca exposición de las personas al proceso.
En ese sentido, el blog será también un repositorio de documentación original sobre el juicio y su zaga, de modo que el que lo desee pueda usarlo como referencia y –al decir de un amigo- “sacar sus propias conclusiones”.

2. Por La Joven Cuba: Harold, Osmany y Roberto.
En el proceso de cambios que atraviesa el país la blogosfera cubana participa activamente, según su opinión: ¿Resulta legítimo que medios alternativos como los blogs cubran los silencios que deja la prensa nacional? ¿Existen límites para la crítica en un bloguero revolucionario?
Creo que lo que legitima a un blog es el ser una manifestación de un derecho natural: El derecho a expresarse. Es normal y legítimo que si la prensa deja silencios estos sean llenados por otras manifestaciones de la expresión, y los blogs serán una de ellas; pero aun cuando se invente la prensa sin silencios –y este blog busca precisamente llenar uno de los más ensordecedores que pueda concebirse, erigido alrededor del caso de los Cinco- las personas seguirán ejerciendo el derecho legítimo a expresarse ya sea a través de blogs o de cualquier otra manera. Claro, luego estará la opinión del lector en cuanto a la legitimidad o no de lo que expresa el blog, pero eso es otra historia.
Yo pienso que el límite a la crítica en un bloguero revolucionario debe de ser autoimpuesto a partir de su sentido de la responsabilidad; lo que plantea sobre ese bloguero un reto más elevado que el que enfrentaría otro bloguero no comprometido con los fenómenos sociales. Las aseveraciones tienen impacto en el mundo real; y ese impacto debe de ser medido en todo lo posible por quien las va a emitir desde el compromiso con la suerte de sus semejantes. La verdad, la objetividad y el rigor son valores intrínsecamente revolucionarios y límite suficiente para el ejercicio de la crítica por quien lo sea.

3. Por La Pupila Insomne: Iroel Sánchez.
Desde que leí en la prensa fragmentos del diario que escribiste durante el juicio contra ti y tus compañeros, me impresionó tu facilidad para redactar de manera atractiva, con una gran capacidad de síntesis, aguda observación y el empleo hábil de recursos como la ironía. Pero hace alrededor de un año, en un encuentro con blogueros cubanos, en que evidenciaste un conocimiento profundo del fenómeno de los blogs en Cuba, dijiste “la blogosfera es una vocación, yo no tengo esa vocación” ¿Qué ha cambiado en ti, o en las circunstancias, para que te hayas decidido a dar este paso y abrir un blog?
Gracias por los elogios, que espero merecer. En realidad lo único que cambió fue que me reuní con ustedes. Todo lo demás sigue igual.
Desde luego, compartía con ustedes el concepto de que hay que ir dando la batalla también en las redes, y de que es un campo como cualquier otro que no hay por qué ceder al adversario. Sólo que ustedes me convencieron de que yo debía de participar personalmente en él y eso fue lo que hice.
No sé si algún día desarrollaré la vocación por la blogosfera. Entre mis vocaciones está la de revolucionario, y como tal la del ejercicio del debate. Por lo pronto lo que me impulsa es la lealtad hacia mis tres hermanos injustamente presos y la urgencia de hacer algo para poner fin a tal injusticia. Entretanto, me alegra que haya tantos cubanos talentosos que tengan esa disposición. Ellos son los precursores de una blogosfera que espero algún día, bajo mejores condiciones, pueda aportar un rico y profundo contenido a unas redes que bien lo necesitan.

4- Por Paquito el de Cuba: Francisco Rodríguez Cruz.
Todavía retenido en los Estados Unidos después de salir de prisión, nos sorprendiste con tu apoyo a quienes en Cuba hacemos activismo por los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y trans, y fue tu participación en la Jornada Cubana contra la Homofobia una de tus primeras actividades públicas al regresar de manera definitiva a tu patria. ¿Cómo la blogosfera te permitió estar al tanto de las nuevas luchas revolucionarias en nuestro país y en qué medida piensas que este nuevo blog tuyo pueda contribuir a combinar la justa causa de la libertad de los Cinco con otras tantas aspiraciones de nuestra juventud y nuestro pueblo?
Aún en prisión pudimos tener cierto contacto con la blogosfera a través de los compañeros de la Sección de Intereses en Washington, que nos proveyeron sistemáticamente de contenidos diversos generados en ella. Así entramos en contacto con una pluralidad de opiniones que no habíamos experimentado en la época en que vivíamos en la isla. Luego aprovechamos la libertad supervisada para conectarnos y palpar “en vivo” esa pluralidad; reflejo natural de una realidad que demanda cambios más profundos de los que demandábamos entonces.
La causa de los Cinco y las aspiraciones de nuestra juventud y de nuestro pueblo están ligadas por su justicia inherente, más allá de la existencia de este blog. Nuestro pueblo y sus jóvenes nos manifiestan un cariño que sólo puede ser respondido por la adhesión con que nosotros decidimos un día arriesgarlo todo por ellos, y por el compromiso hacia todos en que ese cariño nos pone en lo adelante. Tan justo es luchar por la libertad de los Cinco como por la construcción de esa sociedad con todos y para el bien de todos que aspiramos heredar a nuestros hijos. No se pueden separar ambas causas.
Creo que esa comunión se manifestará espontáneamente en los intercambios que se produzcan en el blog; y aunque no debo de pecar de presuntuoso sería bueno si en alguna medida tales intercambios contribuyen al debate abierto y plural que necesitamos en el camino a la materialización de esas aspiraciones a que haces referencia.

5- Por Yadira Escobar:  Yadira Escobar:
René González, usted nació en los Estados Unidos, pero por razones particulares se vio en la necesidad de renunciar a su ciudadanía. También se relacionó e hizo amigos dentro de la comunidad cubano-americana. Es una comunidad donde viven muchos que rechazan el terrorismo, y que aunque no comparten los valores de la Revolución cubana, conservan lazos sentimentales con su país de origen ¿Cree usted que a pesar de las diferencias ideológicas vale la pena una gestión de acercamiento cultural con vistas a una reconciliación entre cubanos en el área política?
Como bien dices dejé buenos amigos en la comunidad cubano-americana. También una familia que se portó muy bien conmigo, y que puso a un lado sus preferencias políticas para apoyarme cuando más lo necesité. Cada uno ha respetado los criterios políticos del otro sin necesidad de que intervenga un proceso de reconciliación, dado que nunca medió un conflicto personal entre nosotros.
Por eso me pregunto si el quid de la solución a nuestras separaciones radica en verdad en una reconciliación, o si es que reside en el fin de la política de agresiones contra Cuba desde el gobierno norteamericano. ¿Qué pasará cuando todos a ambos lados del Estrecho de la Florida dejemos de ser rehenes de tal política? Quizá en lugar de reconciliación lo que veremos será, en la inmensa mayoría de los casos, un reencuentro. Al menos eso es lo que ha demostrado la práctica. Por lo pronto, esa política sigue condicionando actitudes y conductas en ambas orillas que me atrevería a decir son impuestas por esa circunstancia, pero no resistirían la normalización de relaciones entre los dos países. Son comportamientos que se irían desvaneciendo porque hemos sido forzados por una política deliberada a sostenerlos.
Por el mismo hecho de ser anormales, las circunstancias actuales tienen que desaparecer. Quienes se resisten a ese inevitable ven un peligro en el intercambio cultural, y lo combaten como pueden. Los que queremos que esas condiciones desaparezcan creemos que es válido el intercambio, y pensamos que es un buen paso en la consecución de la normalización de relaciones. Una vez levantado ese obstáculo se producirá ese proceso que –repito- en mi opinión para la abrumadora suma de los cubanos en ambas orillas será no una reconciliación sino un reencuentro. Claro, habrá casos particulares de rencores –justificados o no- y también quienes con más o menos razón se sienten victimizados por eventos desarrollados en estos años, pero estamos hablando del impacto que para el cubano promedio tendría en ambas orillas un cambio en la situación.
Desde luego, se refinarán las mañas del gobierno norteamericano para conquistarnos mediante otras formas bajo las nuevas circunstancias. No se puede ser ingenuo en eso, y quienes defendemos el proyecto revolucionario tenemos que lograr que sea ese proyecto el que defina las condiciones de tal reencuentro. Pero esto no significa que haya que rehuir el reto. Yo apuesto por la normalización, y creo que el intercambio cultural tiene un papel positivo que jugar en ella. De hecho lo está jugando, a juzgar por las reacciones de quienes se le oponen.

6- Por El Adversario Cubano:  Raul Capote.
¿Cómo piensas se inserte tu bitácora en la blogosfera cubana en medio del debate de ideas que generan los cambios en el modelo económico cubano?
Aunque no es el propósito primario de esta bitácora el insertarse en un debate de ideas de naturaleza más amplia que la idea que la anima, por lógica es de esperar que la participación de los foristas haga derivar ciertos intercambios hacia el tema. Quizá uno que otro post se aventure al abordaje de los cambios en el modelo económico, por las implicaciones que tiene para todos y el lógico interés que para cualquier revolucionario despiertan.
No se puede obviar que alrededor de esos cambios se gestan también proyectos de restauración capitalista. La gama de posiciones tanto desde la Revolución como desde la contrarrevolución es muy amplia. Es imposible que un blog comprometido con la construcción del socialismo se pueda sustraer a la discusión de dichos temas.
Dando eso por descontado, lo que resta es tratar de que el blog juegue un papel constructivo en relación a la realidad en que se insertarán mis tres hermanos presos una vez que hayamos logrado traerlos de vuelta a casa.

7- Por Cartas desde Cuba: Fernando Ravsberg.
La distancia a veces nos engaña y tendemos a idealizar lo que amamos. Al llegar a Cuba te habrás encontrado con corrupción, ineficiencia, falta de productividad, una burocracia de fábula y un duro bloqueo interno. ¿Cómo fue tu choque con la realidad?
Bueno, la distancia desde Miami tiene otra connotación. Allí engaña la prensa para hacerte creer que lo que amamos dejó de existir. De hecho, se requiere de un considerable esfuerzo para encontrar esa realidad aprisionada entre la idealización que te  acompaña y la propaganda perversa de los medios.
Tanto los familiares en sus visitas a la cárcel, como los compañeros de la Sección de Intereses en Washington, me fueron revelando no solo la realidad cubana sino también la diversidad de interpretaciones que de ella han derivado. De modo que yo no utilizaría la palabra “choque”. Tal vez mejor decir que un abordaje. No he encontrado muchas cosas que me sorprendan, de lo que me alegro.
Aplicando una perspectiva dialéctica y acudiendo a Lenin, la historia avanza dos pasos y retrocede uno. No se puede ignorar lo que significó para Cuba la humillante rendición incondicional de los soviéticos. Casi se puede decir que el mundo retrocedió dos pasos. Falta por ver si logramos avanzar tres. Por lo pronto, regresamos a un universo en que prima la corrupción –comenzando por la de los más elementales valores-, en que la productividad y la eficiencia de un polo se erigen sobre la miseria de otro, en que la burocracia ya había sentado cátedra y el bloqueo yanqui se ha extremado. Aspirar a que el mundo sufriera esa reversión y esta pequeña islita siguiera siendo igual era ilusorio. No se puede construir el socialismo en una burbuja.
Yo creo que al final es una etapa interesante para estar en Cuba y participar de su proceso político. En la cárcel aprendes que se puede crecer a la sombra de las peores circunstancias, y eso también es aplicable a un pueblo que despierta a un entorno nuevo y más agresivo, aun cuando ese cambio ha inducido retrocesos. También ha promovido avances como la superación de dogmas, una pluralidad de visiones que es saludable y un debate que vale la pena estimular.
Ahora se trata -parafraseando ese aforismo que algunos atribuyen a la madre África- de encontrar el valor para cambiar lo que puede ser cambiado, la serenidad para aceptar lo que no puede ser cambiado, y la sabiduría para distinguir entre ambas cosas.
Con ese espíritu asumo este abordaje de la situación cubana.

8 - Por La isla Desconocida: Enrique Ubieta.
René, los superhéroes norteamericanos (ya sean del “tipo” de Superman o de Rambo) son inimitables y expresan un poder superior. Elpidio Valdés, en cambio, se apoya en la valentía, la inteligencia y la picardía. ¿Esas construcciones se corresponden con un concepto y un paradigma de héroes que se asocia, respectivamente, a cada proyecto de nación? ¿Cómo describirías el paradigma cubano del héroe?
Obviamente no es lo  mismo construir un imperio que levantar sobre una nación de la periferia neocolonial un proyecto de estado soberano. Los héroes ficticios –y los ejemplos que pones tanto de uno como de otro proyecto lo son- al final terminan representando lo que cada uno de esos diseños ha tomado de su historia real para representar al héroe; a lo que se suma en el caso del establishment norteamericano el extravío histórico como herramienta de alienación y adormecimiento. Sería mucho pedirles que asumieran como héroes a hombres como Nat Turner o John Brown. Para ellos es más eficaz glorificar a Custer o a Roosevelt, cuya heroicidad en la vida real tiene tanto de ficticio como la humanidad de los paradigmas suyos a que haces referencia. Al final los héroes son construidos –o seleccionados- a imagen y semejanza de quienes rigen la comunidad que representan. Es difícil imaginarse una sociedad en que el presidente pueda hacer el ridículo que hizo Bush al aterrizar en un portaaviones para proclamar la supuesta victoria en un conflicto, sin que hubiera consecuencias políticas. Hay algo de alienación colectiva en eso que requiere de un “trabajo de mesa” multigeneracional; incluyendo la narrativa de la que resultan caricaturas como Supermán o como Rambo.
Elpidio Valdés representa a ese sencillo mambí que hasta que la guerra se lo impuso probablemente era ajeno a su propia valentía. Fue ese cubano, lo mismo soldado como general, que terminada la guerra se regresaba a su conuco y seguía labrando la tierra. Es el mismo guajiro que luego protagonizara en la Sierra una hazaña militar asombrosa; pero también el cubano que en la paz se fue a alfabetizar o se movilizaba buena parte del año hacia la zafra. A diferencia del ciudadano común que observa boquiabierto cómo Spiderman le resuelve el problema con “los malos” nuestro héroe es el ciudadano común mismo, escribiendo la historia como protagonista de un proceso de emancipación colectiva, pero también individual en cada miembro de ese colectivo.
Ese es mi paradigma de héroe: El ciudadano común, consciente de su mortalidad y de la vulnerabilidad de su condición humana para quien la conducta que lo enaltece implica un sacrificio, pero sin otras pretensiones lo acepta como costo por hacer sencillamente lo correcto.

Se los llevaron vivos. Homenaje a los 43 estudiantes desaparecidos en México (ILUSTRACIONES / I)

Hace días que quiero colgar alguna señal de mi estupor y de mi solidaridad con los estudiantes desaparecidos en México. Aún cuando el tsunami movilizativo empieza lentamente a acaparar espacios sociales, me desconcierta un poco la abulia, el conformismo de la sociedad mexicana. Un hecho así es impensable en Venezuela o en Cuba, pero si ocurriera, sería el fin inmediato de sus respectivas revoluciones y gobiernos. Me duele México, tan querido, tan cercano. Reproduzco las primeras 10 obras de un grupo de artistas visuales sobre los 43 desaparecidos y la nota que acompaña a su publicación. En otros post iré incluyendo las restantes ilustraciones:
“'Hay momentos, como este, en los que dibujar se convierte en algo más que un medio de expresión o representación. El dibujo se convierte en un gesto solidario y de acompañamiento, una forma simbólica de reclamar, hasta su cautiverio o hasta la fosa, la libertad de un desaparecido', escribe Bodox (Eduardo Mirafuentes), uno de los participantes en el proyecto. Hasta ahora decenas de artistas han ofrecido sus creaciones, entre ellos Valeria Gallo, Mauricio Gómez Morín, Bef, Ricardo Peláez, Margarita Sada y César Carrizo".